Sant Feliu de Llobregat se convierte en la sede la Fiesta de la Vida Buena, en defensa de la integración de todas las personas con especiales fragilidades en la comunidad.
El nuevo centro se establecerá en Can Rubió que acogerá adolescentes de proximidad, procedentes de la zona sur del área metropolitana, lo que facilitará un contacto más frecuente con las familias.