Olesa, Esparreguera, Abrera y Collbató van a Madrid a expresar su rechazo por el plan de ampliación de la A-2

Una delegación de los Gobiernos municipales de Collbató, Olesa de Montserrat, Esparreguera, Abrera y El Bruc se han reunido este 27 de noviembre en Madrid con representantes del Ministerio de Fomento para manifestarles su oposición frontal a la ampliación de la A-2.

La delegación de poblaciones afectadas estaba formada por representantes de los consistorios de Collbató (el alcalde, Miquel Solà, y el concejal de Acción Territorial, Movilidad y Espacios Naturales, José Estradé), Esparreguera (el alcalde, Eduard Rivas), Abrera (el alcalde, Jesús Naharro), el Bruc (el alcalde, Enric Canela) y Olesa de Montserrat (el concejal de Obras y Edificación, Miquel Riera). Por parte del Ministerio de Fomento estaba el secretario general de Infraestructuras, Javier Izquierdo.

Los representantes de las cinco poblaciones han manifestado la oposición frontal a la ampliación de la A-2. En cuanto a Collbató, Solà y Estradé han destacado las graves afectaciones, tanto en movilidad como en contaminación, ruido, calidad de vida y separación de barrios que producirá, y afirmaron que, si el Ministerio de Fomento persiste en su proyecto, deberán soterrar la autovía a su paso por Collbató. Como mejor opción, han defendido llevar el tráfico pesado en las autopistas existentes, liberando los peajes. También han pedido una comisión técnica formada por los ayuntamientos, el Ministerio de Fomento y la Generalitat de Catalunya para estudiar las diferentes opciones.

El secretario general de Infraestructuras, Javier Izquierdo, ha escuchado las reivindicaciones y ha prometido que analizarán la incidencia de las liberaciones de peajes propuestos y que realizarán nuevos estudios de movilidad para replantear el grado de actuación en la A-2. Cabe destacar, sin embargo, que, interpelado sobre el tema, no se ha comprometido a detener los estudios de impacto ambiental que, hoy por hoy, siguen su curso.

La delegación de las poblaciones afectadas por la ampliación de la A-2 ha evidenciado, ante los responsables del proyecto, el malestar que esta actuación genera en el territorio.