El Baix Llobregat empeora la mortalidad en carretera: la comarca, entre las más castigadas por los accidentes
Catalunya registra más muertes por accidentes de tráfico que el año pasado, con los motoristas y los jóvenes como principales afectados
Las carreteras catalanas no dejan buenas noticias en el cierre de los diez primeros meses de 2025. El Servei Català de Trànsit (SCT) ha sido el encargado de compartir un balance preocupante en cuanto a la mortalidad en lo que va de año: 121 personas han perdido la vida en 113 accidentes mortales en la red viaria interurbana de Catalunya. La cifra supone seis fallecidos más que en el mismo periodo del año anterior, cuando se registraron 115 muertes, lo que confirma un repunte de la siniestralidad pese a los esfuerzos por reforzar la seguridad vial.
Aunque octubre ha dejado un ligero descenso mensual —nueve víctimas frente a las quince del mismo mes en 2024—, el acumulado del año muestra que los siniestros graves continúan siendo un problema estructural en la red viaria catalana. Si se compara con 2019, año de referencia antes de la pandemia, la reducción global es del 22%, una mejora que, sin embargo, no logra ocultar la tendencia al alza de los últimos meses.
El Baix Llobregat, entre las zonas más afectadas
En la provincia de Barcelona, donde se concentra el mayor número de desplazamientos, 53 personas han perdido la vida, las mismas que en 2024. Dentro de esta demarcación, el Baix Llobregat se posiciona como una de las comarcas más castigadas por la siniestralidad, con siete fallecidos registrados hasta el 31 de octubre. Le siguen de cerca Osona y el Maresme, con 6 cada una.
Cifras que reflajan los riesgos asociados de la alta densidad de tráfico dentro de la comarca y de las vías de gran capacidad que la atraviesan. Según el balance, las carreteras que concentran una mayor siniestralidad son la AP-7, la A-2 y la C-31, tres ejes neurálgicos que atraviesan el territorio de norte a sur y conectan el área metropolitana con el litoral y el interior del país. A su paso por municipios como Martorell, Cornellà, El Prat o Castelldefels, estas vías soportan a diario un tráfico intenso de vehículos y de transporte de mercancías, lo que las convierte en puntos especialmente sensibles en materia de seguridad vial.
El SCT destaca, además, que los accidentes simples y los choques frontales son los más frecuentes, con un total de 67 siniestros de este tipo. También preocupan los 12 atropellos mortales y los 10 alcances, muchos de ellos en tramos urbanos o periurbanos donde el exceso de velocidad y las distracciones siguen siendo factores determinantes.
Jóvenes y motoristas, los colectivos más vulnerables
La estadística del Servei Català de Trànsit revela un dato especialmente alarmante en el perfil de las víctimas: los menores de 35 años representan más del 37% de las muertes. En total, 47 jóvenes han perdido la vida en lo que va de año, 15 más que en 2024, un incremento que pone el foco en la necesidad de reforzar la educación y la concienciación vial entre los conductores.
La franja de edad entre 25 y 34 años es la más afectada, con 25 fallecidos, seguida de la comprendida entre 15 y 24 años, con 20 víctimas. También se registran dos muertes infantiles.
Los colectivos vulnerables —motoristas, peatones y ciclistas— concentran casi la mitad de las muertes registradas en 2025. En concreto, 37 motoristas, 12 peatones y 5 ciclistas han fallecido en la red viaria catalana. Los motoristas, pese a haber reducido sus cifras respecto al año anterior, siguen representando el 30% del total de víctimas, mientras que los peatones han aumentado ligeramente, con tres casos más que en 2024.
Más hombres fallecidos y heridos graves en aumento
En cuanto al perfil de las víctimas, los hombres continúan siendo mayoría: 95 de las 121 víctimas mortales eran hombres, frente a 26 mujeres. Esta tendencia también se repite entre los heridos graves, donde el 75% son hombres.
A lo largo de 2025, se han contabilizado 725 heridos graves, una cifra superior a los 655 registrados el año pasado. Estos datos apuntan a una mayor gravedad de los accidentes, especialmente en vías interurbanas, y refuerzan la necesidad de seguir aplicando políticas de prevención, control y formación vial.

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