Sobre la "curiosa" organización de la verbana de Sant Joan por parte de la Asociación de vecinos de Alba-Rosa y las acusaciones que lanzan.
A la pregunta de que cómo es posible que se hagan obras sin permiso municipal, la informante le dijo que si quería denunciarlo que hiciera un escrito.
Esta campaña electoral, en Viladecans, está salpicada de "pequeñas trampas".
Cerca de 15 años de abandono han convertido un edificio emblamático de la ciudad en un edificio fantasma propicio como punto de encuentro de jóvenes e incívicos.
No por las obras que se están haciendo en el barrio, ninguna por cierto, sino porque la junta de la misma, en un acto de chulería, presentaó su dimisión en la asamblea extraordinaria que se celebró el pasado sábado en sus dependencias.
La rapidez del ayuntamiento de la ciudad en contestar preguntas de los ciudadanos está congelada, como el agua de las fuentes de Lugo.
Las farolas del barrio de Viladecans son de los años 60 y la falta de inversión ha llevado al consistorio a improvisar soluciones sin dedicar una partida presupuestaria a arreglarlo.
Ya no se trata sólo de los constantes cortes de luz que sufren, el estado de las aceras, de las plantas, de los árboles talados indignan a los vecinos de la zona
El que fuera en su día uno de los barrios más pudientes del municipio ha pasado a ser una zona muy dejada y desinteresada, mientras las protestas de los vecinos luchan por hacerse oír.