El Hospital de Viladecans implanta la prótesis de pene como solución definitiva a la disfunción eréctil
El centro sanitario amplía su cartera de servicios con una intervención que mejora la calidad de vida cuando los tratamientos convencionales ya no funcionan
El Hospital de Viladecans ha dado un paso adelante en el tratamiento de la disfunción eréctil incorporando la prótesis de pene como alternativa quirúrgica en aquellos casos en los que los tratamientos no invasivos han dejado de ser efectivos. Se trata de una opción terapéutica reservada únicamente para los pacientes que no responden ni a la medicación ni a las inyecciones intracavernosas.
El Dr. Víctor Tames, especialista del Servicio de Urología, subraya la importancia de meditar bien esta decisión: “Es un paso que requiere plena seguridad por parte del paciente, porque solo la proponemos cuando las demás opciones se han agotado”.
¿En qué consiste la prótesis y cómo funciona?
La nueva técnica implantada en Viladecans incorpora un dispositivo interno formado por tres componentes principales:
- Dos cilindros que se colocan en el interior del pene y permiten lograr la erección.
- Una bomba situada en el escroto, encargada de activar el mecanismo.
- Un reservorio, ubicado habitualmente en la cavidad abdominal, donde se almacena el líquido cuando el dispositivo está inactivo.
El funcionamiento es sencillo: el paciente presiona la bomba escrotal, que transfiere el líquido al interior de los cilindros, provocando una erección artificial, firme y suficiente para mantener relaciones sexuales. Después, un pequeño botón devuelve el líquido al reservorio y el pene recupera su estado flácido.
El Dr. Tames explica que el paciente requiere un período de adaptación: “Es normal necesitar un tiempo de práctica antes de usar la prótesis con total naturalidad”.
Una cirugía mínimamente invasiva
La intervención se realiza mediante una incisión en el escroto, entre el pene y los testículos, a través de la cual se implantan todos los componentes del dispositivo. Para reducir riesgos, el equipo médico hace especial hincapié en la higiene previa a la cirugía y en el estricto control de enfermedades como la diabetes.
En casos concretos, como una hernia inguinal bilateral, el reservorio se sitúa bajo los músculos rectos del abdomen mediante una pequeña incisión adicional.
Baja tasa de complicaciones y mejoras evidentes en la vida sexual
Aunque la complicación más temida es la infección, su incidencia es muy baja, inferior al 1,5 %, y suele estar asociada a factores como obesidad, diabetes mal controlada o tabaquismo. La prótesis destaca también por su alta fiabilidad mecánica, con dispositivos que funcionan correctamente durante más de diez años. Otras complicaciones menores, como el hematoma en el escroto, se resuelven con analgésicos y un periodo breve de recuperación.
Un tratamiento que devuelve la confianza
El Dr. Santiago Capdevila, también del Servicio de Urología, recuerda que la disfunción eréctil es más común de lo que parece: “Uno de cada cinco hombres de entre 40 y 70 años la sufre, pero muchos normalizan la situación y no consultan con un especialista”.
Cuando los tratamientos no quirúrgicos dejan de ser efectivos, la prótesis permite recuperar una función eréctil estable, lo que repercute directamente en la autoestima, la vida íntima y el bienestar emocional del paciente y su pareja. “La calidad de vida mejora de forma notable, porque no solo recuperan la función sexual, sino también la seguridad en sí mismos”, concluye Capdevila.

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