El nuevo plan de residuos de la AMB quiere reciclar más sin rebajar impuestos en el Baix Llobregat
La AMB replantea su estrategia de gestión para cumplir con los objetivos europeos mientras el Baix Llobregat se consolida como referente en recogida selectiva
El Área Metropolitana de Barcelona (AMB) ha presentado su nuevo modelo de tratamiento y gestión de residuos, un ambicioso plan que marcará la hoja de ruta de la próxima década (2025-2035). La iniciativa nace de la urgencia de adaptarse a las exigencias europeas en materia de sostenibilidad, tras años de estancamiento en los niveles de reciclaje y una dependencia excesiva de los vertederos.
El actual sistema de contenedores abiertos, vigente desde hace décadas, ha alcanzado su límite. Los datos muestran que la recogida selectiva lleva años sin crecer y se sitúa casi 16 puntos por debajo de los objetivos marcados por la Unión Europea, que exige alcanzar el 65% de reciclaje antes de 2035.
Ante esta situación, la AMB plantea una transformación integral basada en tres ejes: prevención, eficiencia y modernización. El plan incluye la creación de nuevas infraestructuras, la modernización de los ecoparques y la apuesta por sistemas de recogida inteligente con identificación de usuarios, como los contenedores cerrados o el modelo puerta a puerta.
Se quiere reciclar más sin reducir las tasas (impuestos) de recogida de residuos
Una de las metas más ambiciosas del plan de la AMB es reducir al 10% la cantidad de basura enviada a depósitos controlados, una cifra muy alejada de la realidad actual. Hoy en día, más de la mitad del gasto de gestión de residuos se destina al tratamiento de fracciones mezcladas, el más costoso por su impacto ambiental.
La reducción de la dependencia de los vertederos y la mejora de la eficiencia en las plantas de tratamiento serán esenciales para contener los costes y avanzar hacia un modelo sostenible. Según cálculos de la AMB, una mejora global en la gestión de residuos podría ahorrar hasta 20 millones de euros anuales, aunque este ahorro no repercutiría directamente en la ciudadanía, según ha podido saber Vilapress ya que los impuestos de residuos se mantendrían estables durante los próximos diez años.
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En medio de este contexto de cambio, el Baix Llobregat emerge como una de las comarcas más avanzadas en materia de reciclaje. Ocho de los once municipios que ya cumplen los objetivos de la Unión Europea —con una recogida selectiva superior al 55%— pertenecen a esta comarca. Se trata de Begues, Corbera de Llobregat, Pallejà, la Palma de Cervelló, el Papiol, Sant Just Desvern, Santa Coloma de Cervelló y Torrelles de Llobregat.
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Este liderazgo no es casual. En muchos de estos municipios se han implantado sistemas de recogida personalizada, campañas de sensibilización y programas de compostaje doméstico que han permitido reducir residuos y mejorar la separación en origen.
Prevenir antes que reciclar: el gran reto metropolitano
El nuevo modelo de la AMB sitúa la prevención de residuos como prioridad. Se impulsarán medidas para reducir la generación de desechos en un 10% respecto a 2010 y minimizar el desperdicio alimentario, una de las grandes asignaturas pendientes.
También se fomentará la reutilización de materiales y la recuperación de materias primas desde las propias plantas de tratamiento. En este sentido, la AMB prevé una importante inversión en infraestructuras, especialmente en la fracción orgánica, con nuevas plantas más eficientes y flexibles que permitan mejorar hasta en un 50% la recuperación de materiales actualmente desechados.
Frederic Ximeno, director del área de Acción Climática y Agenda Estratégica Metropolitana, subrayó que “es imprescindible repensar la estrategia y endurecer el marco normativo. Estamos en una situación comprometida y debemos dejar atrás el estancamiento para cumplir con las metas europeas en menos de una década”.
Cada kilo mal separado cuesta más dinero y tiene más impacto ambiental
Desde la AMB reconocen que el cambio no solo debe ser tecnológico, sino también cultural. “La ciudadanía aún tiene dudas sobre la recogida selectiva, pero es el único camino para alcanzar los objetivos marcados por Europa”, explica Guille López, consejero delegado de Acción Climática de la AMB.
López advierte que uno de los mayores problemas sigue siendo la fracción orgánica, de la que apenas se recoge selectivamente un 35%. “Esto demuestra que aún muchos kilos de residuos acaban en el contenedor equivocado. Cada kilo mal separado nos cuesta más dinero y más impacto ambiental”, afirmó.
El plan también prevé repensar los ecoparques, adaptándolos a las nuevas realidades, como el tratamiento de residuos textiles y sanitarios, y aumentar la generación de energías renovables a partir del aprovechamiento de materiales recuperados.
Un horizonte común: 2035
El nuevo modelo de residuos de la AMB es, en palabras de sus responsables, una apuesta por la responsabilidad colectiva. El objetivo es claro: reducir, reutilizar y reciclar mejor.
El Baix Llobregat, con su ejemplo de compromiso y resultados tangibles, demuestra que la transición es posible si se combina inversión, innovación y educación ambiental. Ahora, el desafío es extender ese modelo al resto del área metropolitana para que, en 2035, Catalunya cumpla no solo con las exigencias de Europa, sino también con las necesidades de su propio territorio.
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