El FC Casablanca se juega el ascenso a Tercera Catalana en una final marcada por la ausencia de su afición

Este sábado a las 20h, el FC Casablanca tiene una cita con la historia. El conjunto de Sant Boi de Llobregat afronta la gran final del playoff de ascenso a Tercera Catalana ante el Atlètic Incresa, en el Municipal de Casablanca. Sin embargo, el encuentro no contará con el calor habitual de la grada: la Federación Catalana de Fútbol (FCF) ha decretado que el partido se dispute a puerta cerrada tras unos graves incidentes protagonizados por aficionados del club local en fechas recientes.

Una decisión que supone un duro golpe para los santboianos, que se jugarán uno de los partidos más importantes de su historia reciente sin el empuje de su afición, precisamente en su propio campo.

Una sanción que llega en el peor momento

La FCF comunicó oficialmente que la final del playoff deberá celebrarse sin público debido a comportamientos inadecuados de parte de la hinchada del Casablanca en anteriores jornadas. Este castigo condiciona de forma directa un choque clave, privando al equipo de un factor emocional fundamental en este tipo de encuentros: el apoyo incondicional desde la grada.

La noticia ha sido recibida con resignación por parte del entorno del club, que esperaba un ambiente festivo y multitudinario en un duelo de máxima trascendencia para el proyecto deportivo.

Temporada notable y duelo de alto voltaje

El FC Casablanca ha firmado una temporada excelente, finalizando la liga en segunda posición con 74 puntos, lo que le ha valido el billete directo al playoff. Su rival, el Atlètic Incresa, no se queda atrás: tercero en la clasificación, ha sido uno de los conjuntos más competitivos y sólidos del campeonato.

El choque se presenta igualado, no solo por los números, sino por el historial reciente entre ambos equipos. En los dos enfrentamientos previos de esta temporada, cada equipo logró una victoria: Incresa venció 1-0 como local, mientras que el Casablanca respondió con un contundente 6-2 en su feudo.

No obstante, en este tipo de finales, el pasado importa poco. Todo se decidirá en 90 minutos —o más si hay prórroga o penaltis— donde la tensión, la concentración y los pequeños detalles serán clave.

Un partido decisivo para el futuro del club

Para el Casablanca, este encuentro representa mucho más que un ascenso: es el reflejo del esfuerzo acumulado de una plantilla y una comunidad que ha peleado durante toda la temporada para conseguir un objetivo que parecía lejano al inicio del curso. Jugar sin su gente duele, pero desde el cuerpo técnico confían en que el equipo sabrá sobreponerse y que la motivación por conseguir el ascenso será suficiente para suplir el silencio de las gradas.

El pase a Tercera Catalana supondría un paso adelante no solo en lo deportivo, sino también en lo institucional. Alcanzar una categoría superior abre nuevas oportunidades de crecimiento, mejora la visibilidad del club y puede atraer más apoyo económico y social para los próximos años.

Los jugadores lo saben. El cuerpo técnico también. Y aunque esta vez no puedan contar con sus fieles desde las gradas, el espíritu de Sant Boi estará presente en cada jugada, en cada esfuerzo y en cada balón dividido.