Celsa busca estabilizarse con una macroinversión de 800 millones de sus nuevos accionistas
Los accionistas refuerzan la siderúrgica catalana con una gran aportación económica y preparan su salida al mercado de capitales para recuperar beneficios
La histórica siderúrgica catalana Celsa encara una nueva fase de estabilidad tras el anuncio de una aportación de 800 millones de euros por parte de sus actuales accionistas. Esta inyección económica tiene como objetivo asegurar el futuro de la compañía, reforzar su estructura financiera y garantizar la continuidad de su actividad industrial, una de las más relevantes del sector metalúrgico en el país.
Además de la inversión directa de los accionistas, Celsa tiene previsto acudir a los mercados de capitales en busca de nueva financiación complementaria. La intención es dotarse de liquidez suficiente para impulsar su competitividad y modernizar sus operaciones, con la vista puesta en volver a registrar beneficios en los próximos ejercicios. En las próximas semanas, la empresa convocará una junta general en la que se presentará y someterá a aprobación el nuevo plan estratégico, orientado a consolidar la recuperación y reforzar la confianza en la marca de cara a futuro.
Una empresa con historia que busca estabilidad
El futuro de Celsa ha sido objeto de debate desde que un juez decidiera, en una sentencia inédita, retirar las acciones a la familia fundadora Rubiralta y transferir la propiedad a los fondos acreedores. Este cambio marcó un punto de inflexión en la historia de la empresa, que ahora busca reconstruir su identidad bajo una nueva dirección.

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