La obra de vivienda de Carolina Catasús en Sant Just Desvern, premiada por desafiar la arquitectura tradicional

La XVII Bienal Española de Arquitectura y Urbanismo (BEAU) celebró este jueves por la noche la ceremonia de entrega de premios de su nueva edición, marcada por el lema “Flujos comunes”, una declaración de intenciones que pone el foco en cómo la arquitectura y el urbanismo están respondiendo a los cambios profundos de una sociedad hiperconectada. En esta ocasión, el jurado ha evaluado proyectos que destacan por su capacidad para abordar retos vinculados con los materiales, las personas, la energía, los datos y el medio ambiente, cinco ejes que condicionan las ciudades del presente y del futuro.

En este marco, el Àrea Metropolitana de Barcelona (AMB) ha sido reconocida con dos premios, entre ellos uno que sitúa al Baix Llobregat en el mapa estatal de la arquitectura contemporánea: la promoción Carolina Catasús, un conjunto de 30 viviendas públicas en Sant Just Desvern que el jurado ha distinguido por su calidad arquitectónica, su diseño sostenible y su manera de entender la vivienda como un espacio flexible, abierto y adaptado a realidades diversas.

Un edificio que integra la energía como parte activa del diseño

El tribunal de la BEAU ha puesto en valor especialmente la capacidad del proyecto para incorporar la energía como un metabolismo activo del edificio, una aproximación que entiende la arquitectura no solo como un contenedor, sino como un sistema vivo que capta, regula y aprovecha los recursos climáticos. Según el jurado, la promoción destaca por su integración de captación energética, eficiencia e inercia térmica, todo ello alineado con su entorno natural y urbano.

Desde la organización recuerdan que el conjunto se ubica en un espacio de nuevo crecimiento periurbano con vistas a la serra de Collserola, un contexto que se ha aprovechado para diseñar un edificio abierto, luminoso y con terrazas continuas en todas sus fachadas. Estas balconadas no solo amplifican el confort exterior, sino que conectan visualmente a los residentes con el paisaje y con el jardín comunitario.

Sostenibilidad y eficiencia: una estrategia basada en elementos pasivos

El proyecto presenta una serie de decisiones constructivas orientadas a reducir al máximo la demanda energética del edificio. La estrategia se basa en el uso de elementos pasivos, entre los que destacan la ventilación cruzada y un gran atrio central, concebido como un pulmón térmico capaz de captar calor en invierno y disiparlo en verano. Esta estructura interna permite regular la temperatura de forma natural y disminuye la necesidad de sistemas mecánicos, lo que repercute en un menor consumo energético y una mejora del confort cotidiano de los inquilinos.

Vivienda pública con perspectiva de género y usos flexibles

Uno de los aspectos más valorados del proyecto es su apuesta por una vivienda más inclusiva y versátil, diseñada con perspectiva de género y pensada para adaptarse a distintos modelos de convivencia. Lejos de las distribuciones tradicionales, las viviendas rompen con las jerarquías espaciales y reorganizan los espacios para fomentar la igualdad y la corresponsabilidad en las tareas domésticas.

Las unidades se estructuran en dos franjas concéntricas:

• una primera franja destinada a estancias y habitaciones, todas ellas en contacto directo con el exterior; 
• y una franja técnica, que agrupa cocinas y baños en una disposición que favorece la circulación, la funcionalidad y la gestión de los usos cotidianos.

Este planteamiento busca facilitar la vida doméstica, mejorar la accesibilidad y permitir configuraciones diversas según las necesidades de las personas y familias que ocupen los pisos.

Un reconocimiento que impulsa el papel del Baix Llobregat en la arquitectura contemporánea

El premio otorgado a la promoción Carolina Catasús refuerza el papel del Baix Llobregat como territorio donde se están desarrollando proyectos públicos innovadores, capaces de situar la arquitectura metropolitana en los debates actuales sobre sostenibilidad, justicia social y transición energética. La BEAU reconoce así un modelo que combina eficiencia, sensibilidad urbana y una visión más humana de la vivienda pública, marcando referencias que pueden influir en futuras promociones del territorio.