El Ayuntamiento de Viladecans ya ha puesto el caramelo en la boca, de unos cuantos, para encajar con vaselina el desastre medioambiental del Plan de Llevant/Olivaretes.
Tras dos años inactiva y con la escasa disposición de parque público de vivienda de alquiler, apenas 75 pisos, los retos de la entidad son: la poca oferta de vivienda de alquiler y de protección oficial, y la desprotección legal que sufren los inquilinos.
Este primer edificio de vivienda protegida debería alojar a las familias afectadas de la calle Sant Pere Romero, en la Riera Bonet, y que llevan muchos años esperando una solución definitiva