FOTOS: Así es el Pesebre Viviente de Corbera: 250 voluntarios y hasta cuatro generaciones
El Pessebre Vivent de Corbera, uno de los belenes vivientes más emblemáticos de Cataluña, inaugurará su 62ª temporada el próximo sábado 29 de noviembre
El Pessebre Vivent de Corbera, uno de los belenes vivientes más emblemáticos de Cataluña, inaugurará su 62ª temporada el próximo sábado 29 de noviembre, una edición que se prolongará hasta el 10 de enero de 2026 con un total de 47 representaciones durante fines de semana y festivos.
El montaje, organizado por la Associació Pessebre Vivent Amics de Corbera, volverá a iluminar las noches de invierno con una propuesta cargada de tradición y espíritu comunitario. Este año destaca la participación conjunta de hasta cuatro generaciones de una misma familia, un hecho que simboliza la continuidad y arraigo de esta tradición navideña que se mantiene viva desde hace más de seis décadas.
"Es emocionante ver cómo abuelos, hijos, nietos y bisnietos participan juntos con la misma pasión que hace sesenta años. Nuestro Belén es una gran familia, y eso es lo que le da alma", explica Víctor González, presidente del Pessebre Vivent de Corbera.
Una tradición viva gracias a 250 voluntarios
El Belén Viviente de Corbera conserva un marcado carácter colectivo y familiar. Cada temporada, más de 250 voluntarios —entre actores y personal organizativo— trabajan de forma altruista para hacer posible esta representación en la Penya del Corb, un espacio natural de 14.000 m² que se convierte en un escenario a cielo abierto.
Su implicación convierte esta iniciativa en un ejemplo de participación ciudadana y de compromiso cultural con el territorio.
El público, parte fundamental del recorrido
El visitante del Pessebre Vivent de Corbera no es un espectador pasivo. A lo largo de un recorrido de 700 metros por el belén a tamaño real, una narración en off acompaña al público mientras avanza entre escenas históricas y villancicos. Los asistentes pueden hablar con los pastores, atravesar el pueblo de Nazaret, observar de cerca el Nacimiento o descubrir oficios tradicionales, como el trabajo del herrero.
Los más pequeños también pueden disfrutar del tradicional Tió de Nadal. La experiencia convierte al público en un figurante más de la representación.
Más de un millón de visitantes desde 1962
La edición pasada reunió a 30.242 visitantes, consolidando el Pessebre Vivent de Corbera como una visita imprescindible de la Navidad en Cataluña. Cerca del 40% del público repite cada año, reforzando el carácter familiar y emocional de la experiencia.
Desde su fundación en 1962, más de un millón de personas han recorrido este belén viviente, lo que lo convierte en una cita ineludible del calendario navideño catalán.
"Nuestro éxito no es superarnos en número de visitantes, sino el compromiso y la ilusión de nuestra gente. Sin ellos, nada de esto sería posible", además, Víctor González añade que "saber que más de treinta mil personas comparten esta experiencia con nosotros nos llena de orgullo y nos da mucha fuerza para continuar".

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