El Baix Llobregat, una bomba de relojería ante los incendios: la mitad de los municipios no están preparados
La comarca presenta una situación desigual: mientras 16 localidades mantienen planes homologados, otras los tienen caducados, pendientes de revisión o, directamente, inexistentes
Los veranos en el Baix Llobregat cada vez entrañan más peligro. No es otra cuestión que el riesgo creciente de incendios forestales dentro de la comarca. La combinación entre las altas temperaturas, la sequía y las características de la zona, donde la proximidad de las áreas urbanas a zonas forestales suponen una amenaza para la población, viviendas y un patrimonio natural muy valioso.
Así ha quedado demostrado en los últimos meses, pues decenas de localidades baixllobregatinas han llegado a un nivel categorizado como alto, muy alto y extremo dentro del Pla Alfa. Una señal que deja entrever que la comarca es uno de los territorios más expuestos de Catalunya.
Un desafío que requiere de intervención, pero aún más importante es la prevención en casos donde exista la imperiosa necesidad de actuar frente al fuego. Y las miradas han ido a parar a los consistorios, los encargados de elaborar los planes de actuación contra los incendios como herramienta clave que garantice la seguridad de sus vecinos y entornos rurales.
Sin embargo, la realidad muestra una fotografía preocupante en la comarca según los datos proporcionados por 3Cat y revisados por VilaPress. Varias localidades dejan mucho que desear en el cumplimiento de la normativa de actuación por riesgo de incendios, teniendo documentos caducados o pendientes de revisión e, incluso, existe un caso que ni siquiera dispone de un plan.
¿Qué son los planes de actuación por riesgo de incendio?
Los planes de prevención y actuación contra incendios forestales son documentos jurídicos y técnicos que marcan cómo debe reaccionar un municipio en caso de emergencia. Estos protocolos detallan las medidas de seguridad, los recursos disponibles y la forma de actuar para proteger a la población y reducir improvisaciones cuando el fuego amenaza zonas habitadas o forestales.
Su aprobación es obligatoria en los municipios con mayor riesgo. Sin embargo, la situación en el Baix Llobregat refleja una realidad desigual: hay localidades con planes homologados y actualizados, otras con documentos pendientes de revisión o caducados —en algunos casos desde hace más de 20 años— y hasta un municipio sin plan alguno.
*En color negro, aquellos municipios exentos de planes homologados
*En color verde, aquellos municipios con planes validados
*En color naranja, aquellos municipios con planes pendientes de revisión o caducados
*En color rojo, aquel municipio sin plan de actuación
Municipios con planes homologados
En la comarca, 16 municipios cuentan con planes al día y validados por la Generalitat. Entre ellos figuran Abrera, Castellví de Rosanes, Cervelló, Esparraguera, Gavà, Molins de Rei, Pallejà, la Palma de Cervelló, el Papiol, Sant Andreu de la Barca, Sant Boi de Llobregat, Sant Climent de Llobregat, Sant Feliu de Llobregat, Sant Vicenç dels Horts, Santa Coloma de Cervelló y Torrelles, que mantienen su normativa al día.
Estos pueblos y ciudades disponen de protocolos activos que les permiten actuar con rapidez y coordinación en caso de incendio, un aspecto clave en una comarca con una alta presencia de masas forestales y conurbaciones urbanas cercanas.
Localidades con planes caducados o pendientes de revisión
Más preocupante es la situación de ocho municipios que tienen sus planes caducados o en proceso de revisión. Aquí se encuentran poblaciones como Begues, Castelldefels, Corbera de Llobregat, Martorell, Olesa de Montserrat, Sant Esteve de Sesrovires, Sant Just Desvern y Vallirana.
En el caso de Olesa de Montserrat cuentan con un plan que no se ha renovado desde hace más de dos décadas.
La falta de actualización implica que, en caso de emergencia, los protocolos pueden estar obsoletos, dificultando la respuesta frente a incendios en un contexto climático cada vez más extremo.
Municipios sin plan
El caso más extremo es el de Collbató, que no dispone de ningún plan de actuación contra incendios forestales, a pesar de su proximidad a la montaña de Montserrat y la vulnerabilidad de su entorno natural.
Ciudades exentas de obligación
Por otra parte, municipios como Viladecans, Sant Joan Despí, Esplugues, El Prat de Llobregat o Cornellà no están obligados a contar con este tipo de planes, dado que sus características urbanas reducen el riesgo directo de incendio forestal.
Una realidad que exige más prevención
La situación actual evidencia la necesidad urgente de reforzar la prevención y actualizar los planes de actuación en el Baix Llobregat. La combinación de olas de calor, sequías recurrentes y la proximidad entre áreas forestales y urbanas convierte a la comarca en una de las más expuestas a los efectos devastadores de los incendios.
Actualizar y mantener vigentes estos planes no es solo una cuestión administrativa: es garantizar la seguridad de la población y proteger un patrimonio natural que cada verano se enfrenta a un riesgo creciente.
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