Gran parte de la población del área metropolitana vive en entornos con una oferta excesiva de productos poco saludables
La AMB presenta estudios clave para mejorar el acceso a una alimentación saludable y sostenible en la metrópolis de Barcelona
El pasado jueves se celebró la jornada “Los caminos de la alimentación”, un encuentro temático impulsado por el Área Metropolitana de Barcelona (AMB) con el objetivo de dar a conocer las últimas investigaciones en distribución y comercialización alimentaria elaboradas por el Institut Metròpoli y el Institut de Recerca Urbana de Barcelona (IDRA).
Actualmente, el sistema alimentario metropolitano genera desigualdades sociales y agrava la crisis climática debido a la fuerte dependencia de productos importados, la escasez de alimentos frescos y el aumento de residuos y emisiones derivados del transporte y el embalaje. Frente a este panorama, la AMB trabaja en estrategias para reforzar la resiliencia alimentaria, prevenir crisis de suministro, frenar el aumento de precios y reducir los impactos ambientales y sociales.
Mapa de los entornos alimentarios: desigualdades según el barrio
Uno de los estudios destacados es la “Actualización de la cartografía y caracterización de los entornos alimentarios locales”, que identifica qué zonas del territorio tienen peor acceso a una alimentación saludable y asequible.
El informe clasifica las áreas en:
- Desiertos alimentarios: zonas con escasa disponibilidad de alimentos frescos a 5 minutos a pie, especialmente en barrios de bajos ingresos.
- Pantanos alimentarios: zonas saturadas de productos ultraprocesados y comida rápida en un radio de 5 minutos.
- Oasis y espejismos ecológicos: barrios con acceso a alimentos ecológicos, pero donde el precio supone una barrera para parte de la población vulnerable.
Aunque los desiertos alimentarios son escasos (solo afectan al 0,3% de la población en riesgo de pobreza), el 88,6% de la población metropolitana vive en pantanos alimentarios, y más del 9% lo hace en estas condiciones junto con una alta vulnerabilidad socioeconómica.
Zonas como Ciutat Meridiana (Barcelona), La Ribera (Montcada i Reixac) o La Mina (Sant Adrià de Besòs) concentran estas situaciones de forma preocupante. Además, barrios como La Torrassa, Fondo o Ciutat Meridiana presentan porcentajes superiores al 80% de su población viviendo en espejismos alimentarios ecológicos.
A pesar de la existencia de una importante red de comercio local (41,4% de los 14.992 establecimientos alimentarios), los supermercados representan solo el 13% de la oferta y la distribución desigual por municipios es notable: mientras Barcelona cuenta con 52,8 establecimientos por cada 10.000 habitantes, localidades como Sant Climent de Llobregat apenas alcanzan 19.
El proyecto europeo FoodCLIC: acceso justo a la alimentación
La AMB participa en el proyecto europeo FoodCLIC (2022–2027), junto a otras ciudades como Berlín, Ámsterdam o Lisboa, con el objetivo de promover una alimentación justa, saludable y asequible para toda la ciudadanía. En este marco, se ha realizado una radiografía de los entornos alimentarios en los barrios de Sant Cosme (El Prat de Llobregat) y Fondo (Santa Coloma de Gramenet), relacionando variables sociales y de salud como la obesidad infantil con el acceso a tiendas de alimentación y ayudas alimentarias.
Iniciativas locales como Cuina de Barri en Sant Cosme, que ofrece un menú sostenible por 30 euros al mes y da empleo a personas en riesgo de exclusión, muestran cómo la colaboración ciudadana puede contribuir a una transición alimentaria sostenible. En ambos municipios también se han promovido grupos de consumo para facilitar el acceso a productos ecológicos a precios justos, con un impacto positivo en la reducción de residuos, emisiones y desperdicio de agua.
Hacia una transformación estructural del sistema alimentario: el rol de Mercabarna
En la jornada también se presentaron los resultados del estudio “Anticiparse a las crisis alimentarias”, centrado en el papel de Mercabarna y la necesidad de fortalecer la presencia de productores locales.
En los últimos 50 años, Mercabarna ha pasado de ser un mercado con un 53% de producto catalán a apenas un 15% en 2023. Mientras tanto, la importación creció hasta el 28%. Los mercados municipales han perdido protagonismo (del 70% al 12%) y la ocupación agraria catalana ha caído al 11,6%.
Frente a este contexto, el informe propone seis líneas estratégicas:
- Reubicar la producción local con un plan en tres fases para reforzar la resiliencia alimentaria.
- Crear un Consejo Alimentario Metropolitano con participación de agricultores, sindicatos y entidades sociales.
- Impulsar una inversión verde para mejorar la logística eléctrica, el frío eficiente y crear un banco público de tierras.
- Desarrollar una red de mercados mayoristas de proximidad en el Baix Llobregat, Maresme y Vallès.
- Utilizar la compra pública para garantizar demanda estable de productos locales y ecológicos.
- Implantar un sistema avanzado de trazabilidad en tiempo real para conocer el origen, las prácticas y la huella ambiental de los alimentos.
Estas medidas abren la puerta a una transformación profunda de Mercabarna, que podría convertirse en un motor de la transición agroecológica, clave para la soberanía alimentaria, la reducción de emisiones y el impulso a la economía local.
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