Dos detenidos en Gavà y Castelldefels por hacerse pasar por operarios para presuntamente estafar y robar

El 28 de noviembre pasado, los Mossos d'Esquadra llevaron a cabo registros en dos viviendas ubicadas en Gavà y Castelldefels, resultando en la detención de dos individuos, de 25 y 26 años, señalados como presuntos responsables de estafa, hurto y robo con violencia e intimidación al hacerse pasar por empleados de empresas de servicios de luz o gas. Durante la inspección, se encontraron tarjetas, libretas bancarias y otros documentos pertenecientes a las víctimas.

La investigación se inició en agosto después de que una mujer presentara una denuncia por hurto y estafa. Según su testimonio, dos hombres, haciéndose pasar por representantes de una compañía eléctrica, ingresaron a su hogar, sustrayéndole la tarjeta SIM del teléfono móvil y la tarjeta de crédito durante un descuido. Posteriormente, abandonaron la residencia y realizaron compras y retiros por un total de 17,000 euros. También efectuaron transferencias a través de BIZUM utilizando la información obtenida de la víctima y su tarjeta SIM.

A lo largo de la investigación, los agentes identificaron varios casos denunciados en Barcelona en los que los sospechosos compartían características físicas similares y empleaban un mismo método. Obtuvieron información personal de las víctimas, como nombre, edad y dirección, y se dirigían especialmente a personas de edad avanzada. Al llegar a las residencias, se hacían pasar por representantes de compañías de servicios públicos, ofreciendo supuestos descuentos en las facturas. Su vestimenta adecuada y el uso de documentación creíble de diversas empresas aparentemente generaban confianza.

Una vez dentro de las viviendas, bajo el pretexto de otorgar descuentos, solicitaban libretas bancarias o tarjetas de crédito, así como acceso a la banca en línea mediante los teléfonos móviles de las víctimas. Durante este proceso, uno de los perpetradores distraía a la víctima mientras cambiaba la tarjeta SIM del móvil, permitiendo a su cómplice abandonar el lugar y comenzar a realizar retiros en la sucursal más cercana. En algunos casos, si la víctima sospechaba del engaño, los perpetradores no dudaban en intimidarla o recurrir a la violencia para lograr sus objetivos.