Seis de cada diez mujeres renuncian a su carrera laboral al ser madres. La sociedad las obliga a escoger entre desarrollarse como profesionales o cuidar de sus hijos.
La demagogia populista y bolivariana de Montero no tiene límites, cuando cuenta con personal que cuida de sus mellizos, cosa que no todas las mujeres que trabajan pueden permitírselo.