Un juez de Sant Boi reflexiona sobre "la soledad" que se siente al dictar sentencias
Ha compartido recientemente una reflexión personal en Linkedin que ha generado interés entre profesionales del ámbito jurídico y la ciudadanía.
El juez de Sant Boi de Llobregat, Manuel Turmo Peña, bajo el título “La soledad del juez”, expone con honestidad el peso emocional y la responsabilidad que conlleva ejercer la función judicial, destacando una realidad poco visible: la soledad que acompaña muchas de sus decisiones.
“Nadie te prepara para esto. No del todo”, comienza el texto, donde el magistrado relata cómo, pese a los años de estudio, la oposición y las prácticas, hay un aspecto esencial que no se enseña: la soledad de saber que la última palabra siempre será suya. Ya sea en casos de custodia, de violencia o en la aplicación de normas con las que no se comulga del todo, el juez recalca que muchas decisiones pesan. Y que ese peso, aunque no amargo, es constante.
Turmo subraya que ser juez no es un privilegio, sino una carga. “Una carga asumida con vocación, sí, pero carga al fin y al cabo. Porque decidir sobre la vida de los demás no debería resultar cómodo”, escribe. En su reflexión, también destaca el papel del respeto, la escucha y el esfuerzo por ser justo como pilares que sostienen la práctica judicial en medio de la incertidumbre.
Con una trayectoria profesional ligada a los juzgados de Sant Boi, el juez Manuel Turmo ofrece con sus palabras una mirada sincera y humana al trabajo que realiza cada día desde el estrado. “Lo que nos sostiene, a veces, no es la convicción de tener razón, sino el convencimiento de haber escuchado, de haber intentado hacerlo bien”, concluye.
La publicación ha sido ampliamente compartida entre juristas y operadores jurídicos, que han valorado el tono sereno y reflexivo del mensaje. Desde Vilapress, recogemos este testimonio como una ventana a la dimensión más humana de la Justicia: la que se vive en silencio, con responsabilidad y con conciencia.
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