Las tormentas paralizan el Aeropuerto del Prat: primeros retrasos y vuelos cancelados
Los vuelos con destino a Baleares, especialmente a Mallorca y Menorca, son los más afectados por el temporal previsto con lluvias intensas, granizo y tormentas
La jornada en el Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat ha comenzado marcada por la inestabilidad meteorológica. Las tormentas previstas para hoy ya han empezado a dejar consecuencias en la programación de vuelos, con retrasos y cancelaciones que afectan sobre todo a las conexiones con las Islas Baleares.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) mantiene activo un aviso naranja en la zona del Mediterráneo por la previsión de lluvias intensas, tormentas eléctricas y granizo, un fenómeno que podría alargarse durante buena parte del día y que está condicionando la normalidad en los aeropuertos.
Mallorca y Menorca, los destinos más afectados
En el aeropuerto de Son Sant Joan, en Palma de Mallorca, la mañana ha arrancado con cerca de una veintena de vuelos retrasados, tanto en salidas como en llegadas, según datos facilitados por AENA. La situación tampoco mejora en Menorca, donde hasta el momento se han cancelado cuatro vuelos con origen y destino en Barcelona.
Estas incidencias se suman a la incertidumbre de los viajeros, que deben estar atentos a posibles cambios de última hora en la operativa aérea.
Enaire advierte de más afectaciones
Desde Enaire, el gestor de navegación aérea en España, han recordado en sus canales oficiales que la previsión de meteorología adversa en la Región Este puede seguir afectando al tráfico aéreo de Barcelona en las próximas horas.
La recomendación principal a los pasajeros es consultar el estado de su vuelo antes de acudir al aeropuerto y mantenerse informados a través de las aerolíneas y los canales oficiales de AENA.
Una jornada de paciencia en los aeropuertos
El escenario que deja la tormenta pone a prueba, una vez más, la resiliencia del transporte aéreo ante fenómenos meteorológicos extremos, cada vez más frecuentes en el Mediterráneo. Para los pasajeros, la jornada se presenta como un ejercicio de paciencia, mientras los aeropuertos trabajan para reprogramar las operaciones y garantizar la seguridad de los vuelos.
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