Los concejales de risa y los jubilados que no se rinden

Las personas que luchan por algo, por muy insignificante que sea, merecen todo el respeto, admiración y solidaridad del mundo. Pero si además, son personas mayores que han vivido una etapa de este país muy dura, y han contribuido a luchar por esta democracia, el reconocimiento y respeto debe ser una constante en la ciudadanía y sobre todo en los representantes públicos.

Por eso, en este último pleno del mes de julio del Ayuntamiento de Viladecans, cuando se presentó una moción en favor de unos jubilados a los que les "extrabiaron" de un casal de la antigua Caixa de Catalunya, un billar, con la excusa de unas obras y nunca más se supo de él, los ilustres concejales, les hizo tanta gracia que no paraban de reírse, con las bromas que allí se hicieron, incluso el ilustre alcalde no podía articular palabra. 

Visionar a partir minuto 2:11:45 

Los portavoces de los distintos partidos dijeron los que les vino en gana, pero hay que destacar algunas intervenciones para que aprecien la ética que tienen: "La Encarni", dijo que el Ayuntamiento no dispone de ningún local para ubicarlo, que no pueden pagar el alquiler de un local ni asumir la compra de un billar de segunda mano.

Pero Encarni, este ayuntamiento si que tuvo dinero para pagar, en 2016, la friolera de 10.208,85 € a la empresa Mingo Gastronomía SL, es decir al restaurante CAN MINGO que está a la entrada de Viladecans. En ese tema, no hay ninguna objeción y el dinero no falta.

No reproduciré, -tienen el video para verlo-las intervenciones de los concejales, pero sus intervenciones, y sobre todo su falta de respeto a los jubilados que llevan luchando cuatro años por su billar, es realmente vergonzosa que debe llevar a la reflexión de unos representantes que se dicen del pueblo. Hay que decir que muy pocos de entre esos concejales, no se unieron a la risa colectiva, uno de ellos fue Anselmo Sánchez.

Pero la cosa no terminó ahí, porque un representante de los jubilados, que fueron capaces de recoger 700 firmas de sus vecinos en Viladecans en favor del billar intervino en el pleno. Les dijo a todos los representantes lo que no estaba ESCRITO. Estaba realmente indignado con todos ellos y les echó en cara su actitud y la falta de colaboración del Ayuntamiento para atender su petición. Aunque el alcalde, Carlos Ruiz, le llamó varias veces la atención, el jubilado, dijo lo que quería decir, y les anunció que seguiría luchando por lo que los abuelos de Sant Jordi, y 700 vecinos más, creían justo. Toda una lección para los allí presentes.