Conoce el precedente del desvío del río Llobregat que se podría aplicar a la Ricarda en el Prat

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El pacto se ha roto. Este miércoles a última hora de la tarde saltaba la noticia de que se quebraba el acuerdo al que llegaron Generalitat y Estado a principios de agosto para ampliar el aeropuerto de El Prat. El compromiso que en su momento hizo a enfadar al socio del Gobierno de Sánchez, alcaldes de pueblos cercanos al aeropuerto y ecologistas, finalmente se ha quedado en nada.

El hecho de que el Govern no apoye al proyecto presentado por AENA en el Documento de Regulación Aeroportuaria (DORA) 2022-2026 por la afectación que supone en La Ricarda y que Aragonès, entre otros, haya confirmado su presencia en la manifestación en contra la ampliación, han sido los detonantes para hacer explotar el pacto por los aires.

La ministra de Transportes, Raquel Sánchez, en la rueda de prensa en la que anunció el fin del acuerdo, dijo que es "imposible llegar a buen término" con una inversión de esta 

envergadura "sin un apoyo nítido y sin fisuras por parte de la Generalitat". Igualmente, la ministra apuntó que "los grandes proyectos requieren grandes consensos "y que se "ha perdido una oportunidad". Por lo tanto, el miércoles se daba por acabado un intento de hacer más grande el aeropuerto "abriendo otro melón" sobre cómo resolver esta la problemática.

Pero hay quien quiere aportar soluciones y no se da por vencido. Es el caso de Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment, que ante la "indignación y perplejidad" que le ha causado la noticia, este jueves ha afirmado que "será un agente activo" para que el pacto se vuelva a poner encima de la mesa y se tire adelante. 

Pero para retomar e impulsar el proyecto tendrá que haber unas compensaciones que satisfagan a todas las parte. Por el momento, estas contraprestaciones de las que tanto se habla no se acaban de concretar. Aun así, a principios de julio La Vanguardia informó de que una opción en la que trabaja AENA es "proteger 280 nuevas hectáreas a cambio de 47 en el espacio natural de La Ricarda por el alargamiento de la tercera pista al sur del aeropuerto". Con este plan, la pregunta que surge es: ¿se puede trasladar La Ricarda en una nueva zona protegida?

A la derecha, La Ricarda, a la izquierda, el Delta. /@Google Maps

EL PRECEDENTE DEL RÍO LLOBREGAT

Antes de toda esta tragicomedia en la que se ha visto envuelta La Ricarda y el aeropuerto de El Prat, cabe señalar  que ya existe un precedente. A principios de los 2000, a causa de las inundaciones que había en la parte baja del río Llobregat y por la ampliación de la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Port de Barcelona, la desembocadura del Llobregat se movió.

Gracias a un convenio firmado el 16 de abril de 1994 por el Ministerio de Obras Públicas, Transporte y Medio Ambiente, la Generalitat de Catalunya, el Ayuntamiento de El Prat de Llobregat, el Consell Comarcal del Baix Llobregat, la Mancomunitat de Municipis de l’Àrea Metropolitana de Barcelona y el Ayuntamiento de Barcelona, se llevó a cabo un desvío de la desembocadura del río 2,5 kilómetros más al sur.

En aquel momento, el alcalde de El Prat, Lluis Tejedor, declaró que estaba "satisfecho" con la medida porque preservaba "todo el acuífero y toda la flora y fauna del Delta". Por su parte, el entonces presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, reconocía que esta era "una solución intermedia" que costó mucho de alcanzar. 

Marco geográfico de la obra del desvío del río Llobregat y su entorno. /@cideu.org

Y es que para lograr la validación de todo el mundo, se ofrecieron unas compensaciones sobre tres principales ámbitos: la protección de los acuíferos, los usos del suelo (ecosistemas) y la vegetación. Así, se terminó de convencer a los que se oponían al desvío.

Entre las acciones prácticas que se propusieron y quedaron registradas hubo: la regeneración de la pineda de Ca l'Arana, el trasplante de especies vegetales de especial interés afectadas por las obras, la creación de refugios y nidales alternativos, la captura y posterior suelta de fauna existente en la zona de la obra o la creación de la laguna de Cal Tet, de 16 hectáreas. 

¿SE PUEDE HACER LO MISMO CON LA RICARDA?

El sentido lógico nos dice que si a principios de siglo se hizo un desvío del Llobregat para ampliar el Port de Barcelona, ahora se puede repetir esta misma operación con La Ricarda. 

Según indican desde el Consorcio del Delta del Llobregat, las medidas compensatorias que se prometieron a principios del 2000 a raíz de mover la desembocadura del río "no fueron bien aplicadas y se constató una pérdida de biodiversidad". En este sentido, la plataforma Zeroport afirma que las contraprestaciones "no se cumplieron". Por lo tanto, ambos grupos coinciden que no se puede hacer lo mismo con La Ricarda. 

Por su parte, Zeroport, añade que "tampoco se puede trasladar un ecosistema así como el que mueve un mueble de un sitio a otro", ya que perjudicaría al Delta como "espacio ecosistémico" que es. 

Los propietarios actuales de La Ricarda, que recordamos que es un terreno privado, también se oponen a la propuesta. "La laguna no se puede trasladar" afirma Marita Gomis, de la familia Gomis Bertrand, quienes regentan la casa, en una entrevista en Crónica Global. "Puedes llenar otro pozo en Collserola, pero no reproducir el subsuelo. Y es el subsuelo lo que alimenta la biodiversidad. Estamos hablando de una reserva madura que data del siglo XVII. No es nueva como algunos dicen", apunta. 

LA FECHA CLAVE, EL 30 DE SEPTIEMBRE

Tanto un posible pacto como las contraprestaciones que se tienen que acordar si la ampliación afecta a La Ricarda, se tienen que incluir en el DORA 2022-2026 antes del 30 de septiembre, que es cuando se presentan todas las inversiones que hará AENA de cara a los cinco próximos años.

En el caso de que no conste El Prat en el documento, tocará esperar estos cinco años para volver a sacar el tema y debatir el hub que nos habían prometido hace tan solo un mes. Por ahora, no se descarta un acuerdo in extremis aunque el presidente de AENA, Maurici Lucena, ya ha instado este jueves a retomar el proyecto de aquí a un quinquenio.