El fútbol hace ya tiempo que ha dejado de ser un deporte para convertirse en un espectáculo circense dentro y fuera de los estadios, que además reporta miles y miles de millones de euros a jugadores, club y entidades
Las personas ya nos hemos acostumbrado a asimilar las cifras de muertos como algo natural
“La indignación moral es la estrategia tipo para dotar al idiota de dignidad”, decía el genio Herbert Marshall McLuhan. Esta frase se podría aplicar tranquilamente al millonario en dinero Pep Guardia, el hombre de la doble moral.
Uno de los mejores jugadores de los últimos treinta años, ídolo de millones de aficionados, se ha visto envuelto en un escándalo de Qatar.
La hipocresía y la doble vara de medir solo es propio de súbditos protegidos como estos tres "ilustres" personajes públicos. Y como dice alguien: "Dime con quién andas y te diré quién eres".
El Barça, que en su día se abrazó a los qatarís aceptando sus patrocinios mareantes, ahora solo puede quejarse públicamente de las maniobras obscenas del clan de los Neymar.