"Si VOX es el precio que hemos tenido que pagar por sacar a la momia de Franco del Valle de los Caídos y enterrar las viejas querellas de rojos y azules, barato nos ha salido, porque los vivos teníamos una deuda de honor con muchos de nuestros compatriotas".
Las encuestas, como se ha podido comprobar, no siempre aciertan. Este 10-N quedará en la memoria de buena parte de la ciudadanía como las elecciones que han abierto la puerta parlamentaria a la extrema derecha, a los antisistema de la CUP y el batacazo de Ciudadanos.
El PSOE ganaría las elecciones generales del 10 de noviembre con entre 114 y 119 diputados, según los primeros sondeos tras el cierre de los colegios electorales.
La solución más próxima es ir a votar y plantar cara a los intolerantes y no hacer caso a las tácticas de algunos políticos perversos. Ganamos mucho con un voto en la mano y aún más si lo introducimos en una urna de nuestro colegio electoral.
El voto es uno de los actos de mayor responsabilidad social de los ciudadanos/as.
Vilapress entrevista a José Zaragoza, número 4 del PSC por Barcelona, que reclama a la ciudadanía dar solución al bloqueo. El socialista apuesta por el diálogo siempre dentro de la Ley reivindica la capacidad de los socialistas para llegar a acuerdos.
Esa será la gran novedad de los posibles resultados, según las encuestas, que marcará la vida parlamentaria en la próxima legislatura. Queda claro que las sesiones en el Congreso de los Diputados van a ser todo menos tranquilas.
A primera vista, parece que Pedro Sánchez se ha tomado en serio lo de pactar una nueva política con Pablo Iglesias sin renunciar a su línea roja llamada Gobierno de coalición. Veremos en qué acaba el órdago.
Después de una primera parte, viene la segunda, que no es otra que los posibles pactos entre las formaciones que no han conseguido alcanzar la mayoría necesaria para gobernar.
Los resultados electorales en las elecciones municipales de la provincia dan un vuelco a la composición de la cámara donde el partido de Puigdemont se da un batacazo.
Barcelona y Madrid han sido, esta vez, las estrellas de la pelea estelar entre un socialismo muy táctico y sus dos bestias negras: la derecha popular con sus dos apéndices y, por supuesto, el independentismo.
La premonición preelectoral de que los euroescépticos xenófobos, populistas, ultranacionalistas (con y sin Estado) o los parafascistas de extrema derecha pondrían en almoneda a la UE no se ha materializado.
Y en este proceso no podemos olvidar el papel protagonista de la Función Pública, ese Leviatán que devora a las administraciones públicas y que debe organizarse a los ritmos que demanda esta sociedad que vive en los vértigos de lo virtual.
Prepárense para contemplar cosas fantásticas en las próximas semanas, tras las que, esperando el final de las votaciones municipales, autonómicas y europeas, los partidos se irán aproximando al verdadero reparto del pastel del poder.
Lo razonable es que aquí y ahora se formara un Gobierno a la alemana con socialdemócratas y derecha civilizada, un gabinete con fortaleza parlamentaria suficiente para los cuatro próximos años que enderezara la inestabilidad política.
Con estos resultados, el PSOE puede elegir socio de gobierno: o lo hace con Podemos, con el apoyo del PNV o la otra acción se llama Ciudadanos.
El 28-A, olvídense de los ídolos y vuelvan a meter la papeleta en la urna, si les parece, con una sonrisa en los labios, como si estuviéramos en los primeros tiempos de la Transición.
Nadie debería quedarse en casa, es un acto de responsabilidad peleado por las generaciones anteriores.
La celebración del gran “debate” está dando mucho de qué hablar, más que las propuestas que cada uno de los partidos llevan en sus respectivos programas electorales...
Conviene ya que todos entremos en razón y demos marcha atrás y comencemos a reconstruir lo que hemos derribado irresponsablemente, para que no se nos utilice, Nunca máis, como arma electoral.