Tras dos años marcados por la sequía y las restricciones, Sant Boi de Llobregat ha dado un paso más en su compromiso por una gestión eficiente del agua. El municipio ha puesto en marcha un sistema pionero de detección de fugas en su red de riego que combina sensores de fibra óptica y contadores digitales para localizar con precisión cualquier pérdida y actuar de forma inmediata.