Los inspectores de trabajo están sobrecargados: tienen pendientes 250.000 inspecciones por la pandemia

El Organismo Autónomo de la Inspección se creó en 2015, pero no ha sido hasta este año que ha tenido presupuesto propio. Este año, en plena pandemia, desde el organismo se ha pedido a los 956 inspectores y un centenar de subinspectores de trabajo que cumplan con 250.000 actuaciones. 

Concretamente, desde el Organismo Autónomo de la Inspección esperan realizar 100.256 inspecciones sobre fraude en los ERTEs; 116.189 inspecciones en relación a la habilitación de los inspectores para controlar y advertir del riesgo de la exposición al covid-19 a las empresas; 30.813 informes sobre ERTEs y 2.876 inspecciones en relación a las denuncias laborales presentadas por trabajadores. 

Estas exigencias han llevado a los inspectores y subinspectores a trabajar incluso en fines de semana. Estas cifras, según declaraciones de la presidenta del Sindicato de Inspectores Fiscales, Ana Ercoreca, a El Economista, suponen un sobreesfuerzo para la plantilla. Por eso, la semana pasada, desde la Inspección de Trabajo pidieron al ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá, y a la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que contrataran a más empleados para poder hacer frente a la gran carga de trabajo. Algo que, según Ercoreca, los ministros vieron adecuado debido a la cantidad de trabajo, si bien no ha habido ningún cambio. 

Octubre fue un mes especialmente difícil ya que hubo más de 25.000 peticiones de ERTEs, por lo que los inspectores han tenido que revisar entre 6 y 7 ERTEs diarios. Además, debido al cierre de la restauración en algunas comunidades, los inspectores temen que noviembre y diciembre sean meses todavía más duros. El ministerio de Trabajo aprobó el pasado martes el Real Decreto Ley 32/2020 para que no sea necesario el informe de Inspección para tramitar los ERTEs de limitación e impedimento, tratando así de aliviar la carga de trabajo de los inspectores.