Un país rico en dinero y pobre en valores y derechos, con unos jeques que han explotado a los más necesitados sin importarle nada en absoluto. Imagen exterior del Estadio de Lusail en Catar, escenario de la final de la Copa del Mundo de 2022 @epEste Mundial pasará a la historia por ser en el que más se han vulnerado los derechos humanos, ante la complicidad de las instituciones futboleras, las selecciones y todo lo que rodea al gran negocio que es el fútbol.