Después de unas "tranquilas" vacaciones, los políticos vienen con las pilas cargadas.
En España no hay tradición de pactos.
Cuando algunos pensaba que el congreso extraordinario del PP iba a ser una balsa de aceite, con la elección del “candidato Feijóo" por aclamación, salta la bomba y el gallego, entre lágrimas dice que “no puede fallar a los gallegos, porque sería también fallarme a mí mismo” y renuncia a la sucesión.