Roca declara unas pérdidas de 120 millones de euros por su salida de Rusia

La retirada de la empresa de Gavà Roca del mercado ruso debido a la guerra en Ucrania tuvo un impacto significativo en el desempeño financiero de la empresa especializada en productos sanitarios. La venta de sus filiales a directivos locales en dicho país resultó en una pérdida total de 120 millones de euros al concluir el ejercicio de 2022, según revelan los estados financieros consolidados presentados ante el Registro Mercantil.

La intervención rusa en Ucrania desencadenó una serie de desinversiones por parte de empresas españolas en ese país, que tenía una importancia notable para los negocios de Roca, tanto en términos de ingresos como de rentabilidad. En el año anterior al conflicto, la facturación allí ascendió a 141 millones, representando el 7% del total, con una ganancia de 19,5 millones. Roca fue una de las primeras compañías en tomar medidas, anunciando a finales de junio un acuerdo para transferir sus filiales rusas.

Específicamente, se trata de cuatro empresas: OOO Roca Rus, OOO Keramika, ZAO Ugrakeram y OOO Aquaton Rus. Según el informe financiero, el valor neto contable de los activos y pasivos en estas entidades era de 169,3 millones de euros en julio del año pasado, momento en que se catalogaron como activos destinados a la venta. Al cierre del año, esta valoración había disminuido a 154,1 millones. A pesar de la venta por 166,8 millones, según los informes, Roca generó una plusvalía de 12,6 millones, que se registró como reversión de parte de los deterioros acumulados en los activos rusos en años anteriores.

Sin embargo, este efecto positivo se ve contrarrestado al considerar las pérdidas acumuladas por las fluctuaciones de los tipos de cambio, causadas por la depreciación del rublo frente al euro en diferentes periodos, sumando un total de casi 97 millones de euros. Esto deja el saldo de la operación en una cifra negativa de 84,3 millones.

A esta cantidad, Roca agrega los deterioros restantes aplicados en sus filiales rusas, totalizando 35,5 millones. En conjunto, la desinversión resultó en una pérdida acumulada para el grupo de 119,9 millones de euros.

No obstante, la transacción aún está pendiente de finalización definitiva. Fuentes de la empresa confirman que están a la espera de un último trámite que la administración rusa aún no ha resuelto, y que no afectará las cuentas de 2023, según aseguran desde Roca. Este retraso ha generado una discrepancia de criterios con la auditora de las cuentas, KPMG, que firma los informes del ejercicio pasado con salvedades, señalando que, a la fecha de la formulación de las cuentas, la aprobación regulatoria por parte de las autoridades rusas aún estaba pendiente. 

Por esta razón, considera que los casi 97 millones generados por las diferencias de tipos de cambio no deberían haberse contabilizado en el patrimonio neto, como lo hizo Roca, sino en la cuenta de resultados y en la sección de "operaciones discontinuadas", concluyendo que el impacto a nivel patrimonial es "nulo".

Roca cerró el ejercicio pasado con un beneficio neto consolidado de 40 millones, una disminución de casi un 80% en comparación con el ejercicio anterior, atribuible a los efectos de la desinversión en Rusia y a la contracción de márgenes provocada por la inflación.