La conexión entre la B-40 y la A-2 será una realidad en otoño del 2026 entre Abrera y Esparreguera
Con un presupuesto de 32,6 millones de euros aportados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, la actuación completará el circuito viario entre Olesa de Montserrat y Viladecavalls, poniendo fin a uno de los grandes vacíos en la red de comunicación del Baix Llobregat.
Desde la inauguración en marzo de 2024 del tramo entre Olesa y Viladecavalls, la B-40 ha absorbido buena parte del tráfico que hasta entonces circulaba por la A-2 y las carreteras provinciales adyacentes. Sin embargo, la falta de un enlace directo en su extremo sur obligaba a los conductores a llevar a cabo grandes distancias o a utilizar vías locales con menor capacidad, generando cuellos de botella y altos índices de siniestralidad.
“Conectar la B-40 con la A-2 es clave para cerrar el anillo metropolitano y redistribuir el flujo de vehículos de manera más lógica y segura”, explica la subdirectora general de Planificación del Ministerio, María Luisa Cortés. “La actuación aliviará congestiones y contribuirá a reducir accidentes en uno de los tramos más conflictivos del área metropolitana.”
Detalles de la obra
El proyecto contempla varias actuaciones coordinadas:
- Nuevos enlaces directos en Abrera y Esparreguera para establecer flujos continuos de entrada y salida entre ambas vías.
- Ampliación de la A-2, con un tercer carril en sentido Lleida y la creación de un carril trenzado entre Olesa y Esparreguera, mejorando las maniobras de incorporación y salida.
- Reordenación de la N-2a, la carretera local que sirve de acceso a los municipios, con ensanche de ramales, mejora geométrica de trazado y refuerzo del firme.
- Reforma de pasos superiores a lo largo de 5 km, que incluye demoliciones, ampliaciones y una nueva pasarela peatonal en el enlace de Esparreguera para garantizar la continuidad y seguridad de los viandantes.
Los trabajos se prolongarán, salvo imprevistos, durante 18 meses, con previsiones de abrir al tráfico el nuevo enlace en otoño de 2026.
Impacto social y ambiental
En el diseño de la obra se han integrado medidas de mitigación ambiental: creación de pasos de fauna, pantallas acústicas en zonas sensibles y reposición de arbolado autóctono. Además, se ha previsto un plan de movilidad para desviar el tráfico pesado a rutas alternativas durante las fases más intensas de obra, minimizando las afecciones en el entorno urbano.
Además la Generalitat ha aprobado la variante de Sant Miquel de Balenyà (Seva, Osona). Con un presupuesto de 2,12 millones de euros y un plazo de ejecución de diez meses, esta vía desviará el tráfico de la C-17 fuera del casco urbano, mejorando la seguridad y calidad de vida de sus residentes.
Ambas actuaciones forman parte de la estrategia para completar los cinturones viarios —primero con la B-23, tras la C-16 y la C-32— y reforzar la cohesión territorial de las comarcas alrededor de Barcelona.
Con esta obra, el Baix Llobregat da un paso definitivo hacia una red viaria más eficiente, segura y sostenible, consolidando el cuarto cinturón como alternativa principal al tráfico de paso por la ciudad de Barcelona.
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