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La Marbella del Baix Llobregat

Manuel Fernando González Iglesias

El 4 de mayo de hace dos años la Guardia Civil irrumpió en el Ayuntamiento de Viladecans para llevar a cabo una investigación judicial que se conocería como 'caso Inipro', un asunto muy serio que continúa investigándose y que cuenta con imputados de nombre conocido que tienen como denominador común el PSC y la empresa municipal que presuntamente cometió actos ilegales con recursos municipales.


Inipro2


A día de hoy sigue habiendo varias imputaciones, pero el principal sospechoso ha fallecido desgraciadamente mientras la instrucción y el correspondiente juicio se retrasan sospechosamente. La llegada del PSOE al poder hace pensar que el traslado del juez instructor a un juzgado de Barcelona --así como otros detalles que este periodista omite para respetar el secreto sumarial, la privacidad de los propios guardias y no poner en riesgo sus fuentes muy solventes-- son cosas que desgraciadamente siguen acompañado al mundo de la política y, en este caso, a Viladecans.


El día de los hechos que describo someramente les confieso que me senté en una terraza de la Plaza del Ayuntamiento para contemplar "el espectáculo", porque mis fuentes me habían advertido la noche anterior de que al día siguiente habría 'movida'. Así que en primera línea vi la cara que ponían los propios protagonistas y luego me fui enterando de cosas curiosas como la precipitada quema de papeles en una terraza y muchas más cosas que he guardado y guardo celosamente para escribirlas (o no) en un futuro próximo. Hasta me han contado los orígenes de la fundación de la precursora de INIPRO en la que una mujer es protagonista.


¿Y por qué escribo sobre esto? Primero para no olvidar la efeméride de la operación de la Guardia civil, a cuyos agentes les agradezco, aunque sea yo solo, el trabajo de investigación que realizaron durante tantas jornadas de trabajo profesional impagable. Pero también para esbozar lo que entiendo es la economía de mi pueblo de adopción al que tanto quiero y valoro.


Hace unos días, el ilustre y televisivo profesor Bernardos de la Universidad de Barcelona (UB) --yo me declaro hijo intelectual de la Autónoma y ferviente defensor de sus ideas progresistas-- ofreció una Conferencia en el Cubic para ensalzar las excelencias económicas de nuestro pueblo/ciudad. El destacado economista hablaba en ese foro amparado por el paraguas legal de un concurso que se había otorgado "imparcialmente" a una de las fundaciones de la UB --universidad donde imparte su docencia y que actúa como mera intermediaria-- y que después el mismo Bernardos publicará en libro, todo ello con un coste que asciende a 16.000 euros. Pues viene el profesor Bernardos a Viladecans para decirle al alcalde y a su Consistorio lo buenos que son gestionando y el brillante futuro que nos espera.


Cuando leí la noticia me sonreí, porque me recordó a un brillante empresario de la comunicación española con quien trabajé que tenía la buena costumbre de encargar los pleitos más enrevesados a un exministro socialista, cuyo nombre también omito, que luego facturaba sus honorarios a través de otra conocida Universidad. Esto, como Vds. pueden suponer, hace dudar de si realmente la Hacienda Pública no pierde por el camino algún porcentaje de sus impuestos. Sea lo que sea, siendo como es una anécdota personal hubiera quedado ahí, si no fuera porque a continuación en la revista municipal que pagamos todos, un artículo del alcalde Carlos Ruiz utiliza los datos de Bernardos con escasa vergüenza para hacerse a sí mismo la pelota en plena campaña electoral. Todo ello sin que la oposición diga ni mú.


Hace unos años vino a Barcelona el Nobel de Economía Wassily Leontief. Trabajaba yo entonces en la querida Radio Miramar, donde era con veintipocos años el jefe de la redacción y, por lo tanto, me tocó ir a entrevistarlo. Recuerdo que el día anterior comencé a sentir miedo escénico por la responsabilidad de la entrevista para la que me preparé concienzudamente. Cuando lo tuve enfrente me recordó un poco a otro sabio con el que también había estado un par de años antes, el incomparable oftalmólogo Dr. Arruga. ¿Y en qué se parecían ambos? Pues en una sencillez que te envolvía y que hacía posible que con sus conocimientos tus preguntas fueran magníficas porque la clarividencia de sus respuestas lo llenaba todo. Así pues, mi admiración por los economistas y su trabajo me lo metió en el cuerpo el recuerdo de Leontief. Esa sensación quiero conservarla toda mi vida incluso después de los desatinos que le he leído a Gonzalo Bernardos, que además piensa seguir practicando con la publicación de un próximo libro.


AyuntamientodeViladecans


Mire profesor: Viladecans es el centro de las operaciones de Inipro, una gran fábrica de empleo, pero para familiares, exdirigentes y militantes socialistas, circunstancia que crea un voto cautivo cuando se convocan elecciones. La empresa municipal es un desastre con pérdidas millonarias que se compensan con la venta de patrimonio público. Cuando viene a nuestro pueblo un inocente empresario como es Florentino Pérez, la piscina que nos construye cuesta, al final, un montón de millones más que lo que se presupuestó y además se le entrega el servicio de limpieza municipal, por si lo de la construcción le sabe a poco. A los vecinos eso les cuesta una deuda para varias generaciones, además de sufrir la inundación de una riera que los desagües del edificio no han conseguido eliminar ni aun pagando la obra a precio de oro.


No se engañe: lo de Roca no es más que un pelotazo urbanístico de primer nivel para construir pisos y venderlos luego, si es que el tema del amianto queda en nada y no surge un problema de salud muy grave. Del polígono centro se van otras empresas animadas por una mano misteriosa, que se frota las manos con la plusvalía constructora que presumiblemente se va a producir.


Sobre lo del turismo y el outlet, Vd. como economista sabe que en Estados Unidos es ya un modelo caduco como lo era el proyecto de Eurovegas, que tanto combatieron los diarios de este grupo hasta que la mayoría llegamos a la conclusión de que nos querían colar un gol urbanístico por la escuadra.


La gente de Viladecans todavía añoramos aquellos tiempos en que las empresas Camy, Nestlé y Metrón daban trabajo en nuestro pueblo. Eran también los tiempos de las luchas sindicales en Roca cuando ésta no especulaba con los terrenos de su sede y sí fabricaba inodoro para toda España mientras se abría al mercado exterior.


Mire profesor los que han venido a sustituirlos. A saber, Unilever, Desigual, Derma Esthetic, Outlet Style o grandes superficies como Aldi o Mercadona y próximamente la multinacional AMM, que no han sido capaces de crear la mitad del empleo que teníamos en los sesenta. Hoy ya sabemos que el proyecto urbanístico de las Olivaretas se va llevar a cabo con fondos alemanes, una gran victoria para la especulación con el apoyo de un Ayuntamiento socialista. Vamos, como en la mejor época de Jesús Gil en Marbella, un ejemplo nada saludable que han decidido seguir Carlos Ruiz y sus mariachis. Por eso, a este periodista se le ha ocurrido denominar a Viladecans como la Marbella del Baix Llobregat, con todo el respeto del mundo para los marbellíes que todavía tratan de sacarse de encima la pesada carga de un pasado económicamente nefasto.


Finalmente, sepa Vd. que en nuestro modesto Vilapress siempre hemos recogido las manifestaciones ante el Ayuntamiento de los comerciantes/empresarios locales que han visto cómo este gobierno municipal les llenaba de promesas incumplidas y subida de impuestos mientras hacía crecer a su alrededor una competitividad comercial despiadada que los acorralaba con su competencia desleal y gigantismo descontrolado. Fíjese Vd. que Desigual, marca que todo el mundo conoce, sí puso su sede en Viladecans, pero la entrada la orientó hacia Gavá como si ello simbolizara semióticamente su menosprecio hacia el pueblo que le facilitó los terrenos.


Sin embargo, sí que hay un aspecto en el que somos los líderes absolutos: el número de repetidores telefónicos, treinta y cuatro, en un casco urbano tan pequeño, mientras que la Urbanización de Albarrosa en la que vivieron algunos futbolistas del Barça en los gloriosos tiempos de Kubala, la luz y el teléfono siguen llegando a través de los postes de madera que invaden todas las aceras de sus calles, sin que se pueda andar diez metros sin tener que salirse de esas aceras. Como podrán suponer, los casos de cáncer se han disparado. Yo soy uno de ellos, por si le sirve de ejemplo.


Cuando Vd. publique su libro, Doctor Bernardos, me lo leeré atentamente. A mí de niño me gustaban muchos los tebeos del Capitán Trueno, aunque creo que El Jabato le va a quedar mucho mejor si Vd. lo utiliza como apodo del verdadero protagonista de este milagro económico, el alcalde Ruiz, que le ha tomado el pelo aunque a Vd. le cueste creérselo. Y es que Viladecans engaña mucho, especialmente el actual gobierno municipal socialista. Palabra de periodista de la Transición y licenciado en Ciencias de la Información por la Autónoma.

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