​Caídos y más caídos

Hace años el escritor Carlos Rojas me reiteró con vehemencia que el autor de la frase ‘Contra Franco vivíamos mejor’ fue Antonio de Senillosa y no Manuel Vázquez Montalbán, quien la repitió, popularizó y le quedó asignada. Sea como sea, esta frase revela una deficiencia social que nos sigue afectando y teniendo presos. ¿Nos queremos de veras liberar de ella, o queremos seguir practicando una suerte de masoquismo social? En las postrimerías de la guerra, los secuaces de Franco dejaron escrito que “no hay más España que la nuestra, no puede haber otra”. Unos y otros pretenden un presente continuo.

Cuando Rajoy dejó paso libre a la moción de censura de Sánchez (al no adelantar unos días su posterior retirada y no abortar aquella), el nuevo inquilino de La Moncloa prometió convocar elecciones enseguida. Y de nuevo se hizo carne el dicho "Donde dije digo, digo Diego". Sánchez se aprestó, en cambio, a anunciar la inmediata exhumación de los restos del dictador para retirarlos del Valle de los Caídos. Como consecuencia, se ha despertado un extraño reflejo franquista: se han disparado las visitas al Valle y para remate, tras generalizadas e incesantes alusiones de condena al franquismo, un partido de derecha radical como Vox (una escisión del PP) ha cogido notoriedad. Parece de nuevo que eso es lo que querían unos y otros. Es una lástima este proceder pertinaz. En 2011, Carlos García de Andoin –antiguo militante de EE y licenciado en Teología y en Psicología- fue nombrado secretario de la ‘Comisión de Expertos para el futuro del Valle de los Caídos’. Ha venido a mis manos un artículo suyo de 2014. A la muerte de Franco, el inefable Arias Navarro optó por convertir en mausoleo del dictador lo que era un cementerio de la Guerra Civil (se nos dice que el difunto pensaba permanecer enterrado en El Pardo).

En el Valle están identificados 21.423 cadáveres de los 33.833 que hoy están registrados en ocho cavidades adyacentes al crucero y a las capillas de la Basílica, y que fueron llevados allí a partir de 1959, en 491 traslados; todavía en 1968 se sumaron 2.919 cadáveres. En 1940, el decreto de inicio de obras advertía la intención de “perpetuar la memoria de los que cayeron en nuestra Gloriosa Cruzada”. El Vaticano logró que se incluyeran muertos de los derrotados, no sólo ‘caídos por Dios y por España’. Se requería una conformidad familiar que no siempre se respetó.

Caídos y más caídosse ha publicado inicialmente en Catalunyapress.es