Viladecans y Gavà "venden" el pelotazo Roca al Gobierno

Una visita institucional siempre sirve para tratar de dar la mejor cara de un municipio y sus proyectos. Por eso, el alcalde de Viladecans, Carles Ruiz, y la alcaldesa de Gavà, Raquel Jiménez, se han rodeado del CEO de Roca Group, Ramón Asensio, han aprovechado la visita de la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, para presentarle y venderle el proyecto de Roca en la zona.

Todo ha estado perfecto. Maroto ha podido recorrer las instalaciones y presentarle un pelotazo maquillado de proceso participativo positivo para todos los ciudadanos cuando no es más que servirá para la recalificación del suelo industrial en urbanístico, cuyo valor económico sube como la espuma.

Por eso Ruiz y Jiménez han mostrado su mejor cara y han manifestado la importancia de esta visita. El alcalde de Viladecans ha celebrado que una de las primeras visitas de la nueva ministra haya sido a esta fábrica "porque afianza el valor de uno de los proyectos de transformación industrial más importantes", a lo que la alcaldesa de Gavà, Raquel Jiménez, ha añadido que cree que a través de la colaboración institucional y público-privada se logrará un mayor avance. Vamos, encantados con la visita para tapar un pelotazo que puede perjudicar a la ciudad.

La empresa y los representantes de ambos municipios no se han estado de nada y durante el recorrido se ha presentado el proyecto Espai Roca de transformación del espacio industrial que prevé el traslado de la sede corporativa del grupo a las nuevas instalaciones. Pero se han olvidado comentarles que se han olvidado de las necesidades de la ciudadanía, de contar la recalificación, de contar como ha "participado" la ciudadanía en ello.

Así las cosas, la nueva ministra no ha podido más que aplaudir la trayectoria empresarial de Roca y su apuesta de futuro, al ser un "ejemplo de cómo un negocio familiar industrial se convierte en una referencia dentro y fuera de España". Pero tampoco ha dicho nada bueno de su proyecto urbanístico. Seguramente porque se trata de una visita organizada para vender solo el envoltorio al Gobierno y a los ciudadanos, aunque los ayuntamientos han olvidado que estos últimos ya no se dejan impresionar tan fácil.