El Congreso de los Diputados ha decidido que el Pazo de Meirás vuelva a sus legítimos dueños, o sea, a los gallegos de Sada.
Y sobre todo de esa familia Franco, un sucedáneo a la española de la Familia Adams, que con políticos como los que tenemos son capaces de seguir riéndose de todos nosotros cuarenta y dos años después de la muerte del propietario de la finca.